En el año 2040, tras el colapso de los algoritmos y la sobrecarga de información, decidimos reconstruir la red desde la intimidad y la colaboración. Este manifiesto recoge los principios que guían nuestra nueva forma de habitar Internet:
1. Lentitud: Valoramos el tiempo y la pausa. Rechazamos la inmediatez que nos aleja de la reflexión.
2. Intimidad: Fomentamos espacios donde la conexión genuina prevalece sobre la exposición masiva.
3. Colaboración amateur: Celebramos la creación colectiva y desinteresada, alejados de métricas y validaciones externas.
4. Estética vernacular: Adoptamos una estética que refleja la imperfección y la autenticidad de lo hecho a mano.
5. Error como valor: Reconocemos el error como parte esencial del proceso creativo y de aprendizaje.
6. Descentralización: Promovemos una red distribuida, libre de monopolios y control centralizado.
7. Accesibilidad: Diseñamos espacios inclusivos, donde todas las voces tienen cabida.
8. Sostenibilidad digital: Buscamos prácticas que reduzcan el impacto ambiental de nuestras actividades en línea.
9. Memoria colectiva: Conservamos y compartimos recuerdos digitales que fortalecen nuestra identidad común.
10. Humanidad: Anteponemos las relaciones humanas a las interacciones mediadas por algoritmos.
Este manifiesto es un llamado a construir un Internet más humano, donde la tecnología sirva a las personas y no al revés.
Volvemos también al papel, a la voz, al cuerpo. Activamos los sentidos dormidos: lo táctil y lo sonoro. La red ya no se navega solo con los ojos: se acaricia, se imprime, se escucha.
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